En China, éste ya no puede ser el año de las Olimpiadas. O no sólo. Puede que acabe siendo sobre todo el año del terremoto de Wenchuan. La magnitud del seísmo, que parece agrandarse cada día que pasa, y sus diversas réplicas han abierto nuevas incógnitas y puesto al descubierto importantes negligencias, pero igualmente fortalezas, poniendo a prueba la capacidad de reacción del Estado-Partido y de la propia sociedad...
Por Xulio Ríos no El País
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